domingo, 10 de octubre de 2010

Náufragos (Hippies Argentinos)

"Si podés recordar los '60 es porque no estuviste ahí"
Para introducirnos de lleno en este relato debemos hacer un poco de historia, fue a fines de la década de 1960 en los Estados Unidos surgió un movimiento de jóvenes que se caracterizó por la anarquía no violenta, la preocupación por el medio ambiente y el rechazo al materialismo, oponiéndose a los elementos que marcaban el “status personal”. Estos jóvenes intentaron formar una contracultura políticamente atrevida, antibelicista y artísticamente prolífica, comenzado a ensayar experiencias no convencionales y a querer difundirlas como forma de vida, abiertamente en contra de lo “burgués”, iniciándose en una búsqueda hacia una vida más espiritual, en contacto con la naturaleza y proclamando amor libre. Esos cambios y transformaciones en las conductas sociales se vieron magnificados en el festival de “Woodstock” que fue el disparador para que esos jóvenes encontraran en el rock un modo de expresión inigualable, aflorando valores básicos de tolerancia y amor total.
Llevado a Argentina, el legado del movimiento “hippie” se vio en los comienzos de los años 70, sin dejar de lado los preceptos de los jóvenes del norte, acá eran vistos como gente rara, una minoría perseguida social y políticamente. Estas expresiones se vieron reducidas a mínimas expresiones, hasta que aparecieron con más fuerza de la mano de grupos musicales que con su obra daban identidad al movimiento “hippie”. Si bien era una época convulsionada en todo sentido, la nueva corriente no sólo encontró la oposición del poder, sino también la de los jóvenes enrolados en las organizaciones políticas del lado más conservador, que consideraban al “hippie” una expresión más de la colonización cultural.
Era muy difícil en Argentina llevar el pelo largo al viento, había que llevarlo atado debajo de las camperas, y las camisas floreadas se disimulaban debajo de los sacos, adaptando todo a una realidad tan distinta a la de las sociedades opulentas donde el nuevo movimiento nacía y se desarrollaba sin muchas complicaciones. Acá preferían no llamarse hippies, para no ser mal vistos y preferían hacerse llamar “náufragos”. De allí el popular verso del himno fundacional del rock nacional, “La Balsa”, ese que dice "con mi balsa yo me iré a naufragar".
Más tarde llegó la hora de intentar vida comunitaria, pero los intentos de vida apartada no funcionaron como estos jóvenes lo imaginaban, no eran más que minúsculos grupos en estado sedentario disfrutando del sol de enero. Ocupaban una cabaña precaria y en sus alrededores intentaban tímidos ensayos agrícolas, sin agua corriente ni energía eléctrica. Fue una etapa superada para aquellos viejos "náufragos", pero muchos de aquellos ideales han quedado y se han adaptado a los tiempos en que vivimos. ¿Tendrán que ver con el nacimiento de la Federación Internacional del Movimiento de Agricultura Orgánica? ¿Se les debe a aquellos que intentaron comunidades sin éxito que la “alimentación sana” sea una prioridad y que los partos sean lo más natural posible? Evitar la medicina alopática, fomentando la medicina homeopática, ¿tendrá que ver con nuestros viejos náufragos?
"Prólogo para algo más", es el único manifiesto que se conoce de los hippies argentinos. Fuera de ese texto y de un par de reportajes serios, es escasa la información que se tiene de los integrantes del movimiento, poco se sabe acerca de la rama local. Sólo se puede decir que fueron reconocidos con el tiempo y que, traídos a nuestros días, serían una tribu urbana más.

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