sábado, 13 de noviembre de 2010

Norberto Aníbal Napolitano (Pappo)

Fue uno de los fundadores del género musical conocido como “rock nacional” en Argentina, a fines de los años 60.
“…Yo soy un músico de rock nacional. El rock no lo inventé, pero mi música es nacional porque está fabricada acá. Puede tener muchas raíces e influencias de Chuck Berry, de los Stones, porque ahí está todo, pero es lo mismo que si te ponés a fabricar un teléfono. Si lo hacés acá, es nacional. Pero el teléfono no se inventó en Argentina. Quedó claro, no? Lo dejamos ahí?...”
Un tipo que dedicó su vida al blues, a los autos de carrera y que puede ser considerado como uno de los mejores, por no decir el más talentoso, guitarrista de Rhythm and Blues de la Argentina.
Su primer banda, con 16 años, fue Los Buitres; luego en 1967, Miguel Abuelo fundó Los Abuelos de la Nada, y lo convocó para la formación original, editando varios simples donde Pappo no aparece activamente (tocaría Claudio Gabis), aunque existe un tema, “La Estación”, que fue el único registro oficial del paso de Pappo por el grupo (que sólo fue editado en distintas recopilaciones) ya que al tiempo renunciaría por no poder imprimirle un estilo definitivamente blusero como él quería.
Con 19 años, Litto Nebbia lo llama para reemplazar al guitarrista Kay Galifi en la banda Los Gatos, que ya era un conjunto ícono del rock argentino. Con ellos grabó dos discos: “Beat Nº1” y “Rock de la Mujer Perdida”. Formó parte de La Pesada del Rock and Roll, participó en Conexión Nº5, Pappo´s Blues y Riff entre otros.
En el anecdotario figura que el primer tema grabado de Pappo`s Blues llamado "Nunca lo sabrán" tiene una banda de lujo y "almendrística": Spinetta en guitarra rítmica y alguna frasecita también, Edelmiro Molinari en bajo, Rodolfo García en batería, Pomo en pandereta y Pappo por supuesto en piano, voz, composición y un solo de viola bastante adelantado a la época. El tema pertenece originalmente a la compilación "Pidamos peras a Mandioca".
Viajó constantemente por Europa y Estados Unidos para mantenerse en contacto directo con las bandas del género y para conocer de cerca las nuevas tendencias. Una de sus giras más importantes, tras la disolución de Aeroblus, fue acompañando durante seis meses a Peter Green (Fletwood Mac). También tocó con el bajista Lemmy Kilmister, en la banda que luego se conocería como Motörhead y con John Bonham de Led Zeppelin. Pero fue la distinción de uno de los más grandes del blues el hecho que lo catapultó al reconocimiento musical, esto fue cuando BB King lo presentó en EEUU como “…el mejor guitarrista de blues de Sudamérica…”, una bendición para su futuro profesional, “…Me voy porque acá no pasa más nada. Voy a Estados Unidos a tocar con unos músicos reventados de blues…”
Tuvo participaciones actorales en una tira televisiva, que lo mostraba como mecánico de autos de carrera, algo que tenía muy claro y que lo apasionaba tanto como el rock and roll, esto lo tomó como otro desafío de los tantos que solía aceptar, “…Yo no puedo ser fashion nunca, ¡Si soy una bestia! Hasta me quisieron dar el Martín Fierro por Carola Cassini ¡Una payasada!”, jajajajajaj! Cómo me van a premiar por hacer de mí mismo...”
Un hombre franco de sórdidas palabras, que se estaba viniendo viejo pero no perdía vigencia, que se había adaptado sin problemas a la convivencia con las nuevas generaciones de rockeros (especialmente con Divididos y La Renga). Su último disco, "Buscando un amor", con una producción muy bien cuidada, fue un éxito de ventas.
El carpo no se pudo dar ese gusto hereje de desplomarse arriba de un escenario, pero se desprendió de la vida terrena con todas las de su ley, al remango con una Harley Davidson, entregado como siempre lo estuvo a la velocidad, una de sus debilidades.
Falleció el 25 de febrero de 2005 en la localidad bonaerense de Luján como consecuencia de un accidente de tránsito.
En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se ha levantado un monumento a su memoria, situado en la plazoleta Roque Sáenz Peña (Juan B. Justo, Boyacá, Remedios de Escalada de San Martín y Andrés Lamas).
El músico más visceral del rock nacional dejó una historia plagada de increíbles aventuras que perdurarán en el tiempo. Hoy, a un lustro de su desaparición, lo recordamos como era, un chico grande, con una sonrisa diciendo. “…el único camino para salvar al mundo es la música…”

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.