Ernesto Sábato (1911-2011)

Vecinos, familiares, personalidades de la cultura, intelectuales y políticos participaron del velatorio del escritor Ernesto Sábado en el Club Social y Deportivo de Santos Lugares. Nacido en Rojas, provincia de Buenos Aires, en 1911, el escritor falleció el 30/04/2011 a los 99 años. El deceso tuvo lugar a las 0.40, según informaron sus familiares. Las complicaciones de salud se debieron a una bronquitis que complicó su estado de salud en general.

Iba a ser homenajeado este 1º de mayo en la Feria del Libro, dado que el próximo 24 de junio iba a cumplir 100 años.

Entre sus títulos académicos se destacan un doctorado en Física y varios cursos de Filosofía en la Universidad de La Plata.

Trabajó en el Laboratorio Curie, en París, y abandonó definitivamente la ciencia en 1945 para dedicarse exclusivamente a la literatura.

Sus obras más destacadas son El Escritor y sus Fantasmas (1963), Apologías y Rechazos (1979), El Túnel (1948), Sobre héroes y tumbas (1961) y Abbadón el Exterminador (1974).

En 1984 recibió el premio Miguel de Cervantes, máximo galardón literario concedido a los escritores de habla hispana, siendo el segundo escritor argentino en recibir este premio, luego de Jorge Luis Borges en 1979.

“…Mi padre no nos pertenecía sólo a nosotros, lo compartimos con mucha gente que lo quiso y lo necesitó. Lo vamos a despedir como él lo deseó, en el Club Defensores de Santos Lugares. El había dicho: ‘Cuando muera quiero que me velen acá para que la gente del barrio pueda acompañarme en este viaje final y recordarme como buen vecino’…”. –dijo Mario, su hijo-

Reconocido por su trabajo al frente de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP), la cual investigó sobre desapariciones, secuestros y torturas durante la última dictadura militar (1976-1983), y que fue plasmado en el libro Nunca Más, lo que abrió las puertas para el juicio a las Juntas, en 1985. Más tarde se llegó a cuestionar su teoría de “los dos demonios”; dicho cuestionamiento llevó a agregar, en el 2006, un prólogo adicional a la edición del Nunca Más, en el que se rechazó la perspectiva del escritor diciendo que es “inaceptable pretender justificar el terrorismo de Estado como una suerte de juego de violencias contrapuestas”.

Más allá de estas discrepancias será recordado como una gloria nacional.