martes, 31 de agosto de 2010

La Mississippi


Se formó en Florencio Varela (conurbano bonaerense) por 1988 como una banda con la idea de recrear el repertorio clásico de blues, realizando su debut en 1989. Pronto comenzaron a componer su propio material, debutando discográficamente en 1993 con el álbum Mbuji que contenía su gran éxito, Café Madrid. Desde entonces han registrado CD’s con material propio, y uno dedicado a los clásicos del blues que hacían en sus comienzos, cuando la banda se llamaba Mississippi Blues Band.
Bagayo (1995) marcó un punto de inflexión en su carrera, ya que no solo resultó un éxito en ventas (disco de oro) sino que marcó todo el potencial escénico de la banda en directo; este álbum convertirá muchos temas en clásicos, Blues del Equipaje, Mala Transa, Por Fin Te Fuiste, Mabel y Un Trago Para Ver Mejor, entre otros.
Classic (1996), significó saldar una deuda con su propio pasado, ya que cuando llegó la grabación de su primer álbum, la banda se encontraba en pleno proceso de componer sus primeros temas propios en castellano. Por lo tanto, no había quedado un testimonio grabado de la primera época, esos tiempos heroicos de tocar donde pudieran, llevando como equipaje su repertorio de blues tradicional, temas de Muddy Waters, T-Bone Walker, Willie Dixon y Sonny Boy Williamson, son los que integran Classic, donde tampoco faltan homenajes al blues local, de la mano de intensas versiones de canciones de Manal y Pappo’s Blues.
Tanto en Cara y Ceca (1997) como en Palacio De Pulgas (1999) la banda se dedicó a seguir investigando sin prejuicios el terreno de la canción, ampliando el rango musical y temático. Cara y Ceca, por ejemplo, incluía los éxitos San Cayetano, donde incursionan en un sonido más latino, y Obrero Del Amor donde participa como invitado el Chango Spasiuk. Palacio De Pulgas fue una producción independiente íntegramente realizada y editada por la banda contiene temas como Mono, que recrea el sonido de las bandas de rock clásico de los 70, Abrime Negra, con ecos de fusión rioplatense, y Ojos De Piedra, con ritmos del soul y funk más negro. Por supuesto, también había éxitos al mejor estilo Mississippi, como Ahora Vengo y El Fierro.
Yo Estuve Ahí, grabado en vivo en el Teatro Astros los días 11 y 12 de Agosto de 2000, dejó finalmente registrado en CD la potencia y energía de sus legendarias actuaciones en vivo, convirtiéndose en un adecuado resumen de su primera década de existencia, al incluir casi todos sus éxitos, como Blues Del Equipaje, El Fierro, San Cayetano, Mala Transa, Un Trago Para Ver Mejor y por supuesto, Café Madrid, más un par de estrenos que hicieron de este disco una fiesta para los oídos. La participación de músicos y amigos invitados, como Pity Alvarez (Viejas Locas, Intoxicados), Gustavo Cordera (Bersuit) y León Gieco, resaltaron las versiones de los temas que generaron momentos memorables que, por fortuna, quedaron inmortalizados en el álbum.
Durante buena parte de 2001 la banda se embarcó en la “Gira Interbarrial”, por distintos barrios y localidades de Capital y el Gran Buenos Aires, donde lograron récord de asistencia en varios de los lugares donde se presentaron, y adelantaron, con gran repercusión de público, algunas de las canciones que irían a formar parte de su nuevo trabajo. En Septiembre de ese año la banda ingresó a grabar lo que sería su séptimo álbum, Bit Hippie, que contiene doce nuevos temas más "bonus track" en su totalidad de propia autoría, que representan a la vez una mirada hacia atrás y un paso adelante, ya que vuelven un poco a sus raíces de blues, rock'n'roll, soul y rhythm & blues, con todo el crecimiento musical que han ganado en estos últimos años. Poco antes editaron como adelanto un single con la canción El Municipal, un candente retrato de la realidad social.
Han tocado a lo largo de todo el territorio argentino y en países limítrofes como Paraguay, Uruguay y Brasil, participando en Festivales nacionales e internacionales. Entre sus actuaciones más destacadas podemos nombrar su participación como acto soporte de Albert Collins, John Mayall (en el Gran Rex), B.B. King (en Obras), Creedence Clearwater Revisited (en Obras), en las dos ediciones del Alligator Blues Festival junto a artistas como Koko Taylor, Tinsley Ellis y Kenny Neal, en el Festival de Blues de Montevideo (Uruguay) con Katie Webster y Vasti Jackson, y en el Nescafe Blues Festival de Brasil, junto a Robben Ford, Robert Cray, Ronnie Earl, Eric Burdon y muchos otros. El corolario de todas estas actuaciones junto a grandes de la música de blues fue su actuación como banda invitada en el concierto que diera Eric Clapton en Octubre de 2001 en River Plate.
A comienzos de 2002, la banda comienza la “Segunda Gira Interbarrial” con el agregado de dar a conocer nuevos artistas que no tenían oportunidad de mostrar su música. La banda realizó una convocatoria, recibiendo más de 200 demos, de ellos eligieron un Grupo -perteneciente a la zona donde se realizaba el recital-, para que fuera telonero en cada una de sus presentaciones. Durante los meses de Abril, Mayo y Junio de 2002, con gran suceso se presentaron como invitados más de 12 grupos y solistas, surgidos de la convocatoria, que tuvieron la oportunidad de tocar ante un público masivo, con las mejores condiciones de luces y sonido. Luego de cerrar la gira con un exitoso recital en El Teatro, se embarcaron en una gira nacional presentando Bit Hippie recorriendo buena parte del interior de nuestro país.
Siete Vidas, registrado, mezclado y masterizado entre el 22 de octubre y el 12 de noviembre de 2003. Participaron en calidad de músicos invitados Juan Cruz de Urquiza (trompeta y trombón) y Sebastián Schachtel (acordeón). La banda estaba compuesta por Ricardo Tapia (voz, guitarra acústica y eléctrica), Gustavo Ginoi (guitarra acústica y eléctrica), Claudio Cannavo (bajo y coros), Juan Carlos Tordó (batería, percusión y coros), Eduardo Introcaso (saxo alto y barítono), Zeta Yeyati (saxo tenor), y Miguel "Chucky” De Ipola (teclados, piano acústico y órgano hammond).
Buenos Aires Blues (2005) es un material con canciones propias y covers cantados en castellano y en inglés. Los primeros 6 temas de la placa habían sido grabados en mayo de 1992 con la idea de conseguir algún contrato discográfico (que luego firmarían con Del Cielito Records) y los otros dos corresponden a cortes de los años 1989 y 1991, encontrados en los archivos caseros de la banda.
Amor y Paz (2006) pese a que sus temas no tengan nada de eso, los mismos músicos aclaran que se trata de un mensaje al mundo para que trate de bajar un cambio y parar un poco la locura. Un sonido para redondear un disco que no hace más que confirmar el sonido ya establecido y consolidado de una banda que ya lleva 18 años de trayectoria.
Para el 2009 se editó Versiones 20 años, un álbum en vivo grabado en junio del 2008, donde la banda hace un recorrido por los clásicos de los primeros 20 años en la música, actuaron como músicos invitados Ricardo Mollo (Divididos),Cristian ¨Pity¨ Alvarez (Intoxicados), Miguel Vilanova (Botafogo), Luis Robinson (armónica), Deborah Dixon (voz), Juanjo Hermida (piano), Eduardo Cirillo (bandoneón), Daniel Raffo (guitarra), Nestor Ramljak (voz de Nonpalidece), Agustín Azubel (saxo tenor de Nonpalidece), Manuel Quieto (voz de La Mancha de Rolando), Franchie (guittarra de La Mancha de Rolando), Beto Satragni (bajo) y Jimmy Santos (percusión de Raices), Felipe Toro (guitarra y voz), Claudio Valenzuela (armónica de El Cruce, banda chilena) y Tom Lupo (recitado)
Varios músicos invitados han participado de temas en vivo que no quedaron en el disco, sin embargo su presencia quedará grabado en la retina de sus fans.

Profesionales o Rebeldes Mediocres

A veces la música en la Argentina, parece debatirse entre la significativa contradicción de ser “rebelde” o ser “profesional”. Esto no sólo se desprende de la aparente pobreza general que se trasmite desde los escenarios, sino también de la actitud de muchos músicos con la gente, los medios de comunicación, sellos discográficos y todo lo que rodea a la industria de la música.
Los músicos en este caso, en lugar de preocuparse por ensayar y progresar en todo sentido, prefieren hacerse los duros y vociferar que todo anda mal por culpa del sistema. Eso estaría bien si aquellos que levantan las voces y las banderas de la opresión, optaran por dar recitales gratuitos y regalar sus producciones discográficas en lugar de cobrar por ellas, pero como “no” lo hacen, hay que tratarlos como “profesionales”, aunque no cumplan o cumplan minimamente con los requisitos esenciales para merecer tamaño reconocimiento.
Las productoras, sellos discográficos, representantes y muchos mas que son parte de la “torta” sólo ven el lado financiero de la cosa dejando de lado el buen gusto y, obviamente, el talento.
En los últimos tiempos asistimos a un repertorio importante de mediocridades de muchas bandas del circuito (solistas también) que se consideran de primer nivel, aunque nos brinden mal sonido, falta de ensayo (en algunos casos), falta de puntualidad en los inicios de los shows y hasta peleas en el mismo escenario, sin dejar de lado agresiones gratuitas hacia todos los concurrentes en general, por el sólo hecho de demostrar que son duros; si bien hay una corriente que quiere enderezar el rumbo y con firmeza tratan de transmitir con el ejemplo, esto tarda en hacerse “contagioso”. Algunos lejos de ser considerados “rebeldes” se los podría caratular como irrespetuosos para con quienes pagan una entrada para ver un simple espectáculo.
Muchos no se dan cuenta que en estos últimos tiempos los conciertos son masivos, pero no todos son de artistas populares, hay una gran cantidad de jóvenes que asisten por curiosidad por primera vez a los conciertos y se encuentran con algo que no era para nada cercano a lo que suponían. Son pocos los que se muestran con seriedad arriba de un escenario y muchos los que no tienen otra cosa que mostrar más que vulgaridad y parodia casi teatral, copiando lo foráneo de segunda creyendo que con eso alcanza para convocar con continuidad. Creen que poniendo en escena una gran variedad de cosas desbordadas de mediocridad les va a dar el perfil de estrella; muchos no consiguen tener un grupo de seguidores en sus conciertos, otros con un apoyo y difusión incondicional de las grabadoras venden como si fuesen la octava maravilla, aunque en realidad se los conoce más por los escándalos mediáticos y sus excesos que por su talento.
Y aquellos artistas que ponen la vida en el contenido de sus trabajos, por el sólo hecho de ser “profesionales” talentosos (de poca masividad) son remunerados con la indiferencia de los “popes” de las discográficas, con poco apoyo y menos difusión de sus trabajos. Esto sólo consigue corroer la consolidación de muchos géneros musicales, llámese: heavy metal, rock´n´roll, pop, blues, jazz, tango o cualquier otro género musical. Sólo los que entiendan que el profesionalismo eleva al artista y no atenta contra su creatividad y cuando cada artista se imponga a los caprichos de las discográficas o a las modas surgentes, solicitando que los respeten intelectualmente sin bastardear sus trabajos, encontrarán el único vehículo que los lleve al lugar de excelencia dentro de la música, difundiendo cultura y no modas momentáneas de corrientes musicales.
Si alguien tiene dudas de lo que se expresa en esta nota le sugiero leer la carta abierta de Botafogo (Miguel Ángel “Don” Vilanova) Prof. de Músico: N° 4. Otorgada por la Sociedad Argentina de Músicos, ahí expresa algo de lo que desde acá se intenta transmitir, “Conciente Colectivo”.

domingo, 22 de agosto de 2010

Calamaro y Twitter

“…Los 140 caracteres…pueden metérselos profundos en el medio del oj…me importa 3 pepinos…”, dijo, como poseído por el espíritu de Violencia Rivas, el roquero Andrés Calamaro en su blog, y siguió: “me importa tres pepinos perder un segundo más en el rebaño de boludos con blackberry o lo que es peor… conectados a la nada a cambio de demostrar que son infantiles.”
Después de un ida y vuelta con algunos usuarios que criticaron varios de sus tweets en @andres_calamaro, el músico se enojó y en un ataque antitwitter, decidió cerrar definitivamente su cuenta con explicaciones, dedicatorias y hasta una extensa proclama que posteó: “…pero… qué hago metido en el medio de la república de los culoblandos en el décimo aniversario de aquél salmón revolucionario”, se preguntó enojadísimo.
En ese mismo post, ensayó la declaración final. “Lo prometido es deuda y cuando el coro de pichaflojas llegó a cien mil (no voy a decir almas porque no se puede generalizar), algunos de los cuales fueron contertulios con sustancia (siempre hay un margen de un 2% que se salvan del naufragio de las vergüenzas), después de un gracioso coqueteo con un aparente cabinet (lobby) de abogados y publicitas lisérgicos, reclutados para gestionar la, ahora, ex-cuenta, pues le puse punto final al feedback con el carnaval careta, los falsos profetas de la nada misma y la resaca de la fauna humana (?) y respetable, insolente y desinteresante.”
Calamaro, cuya cuenta en la red social hoy ya es historia, es un gran usuario de Internet. A través de su blog más de una vez generó polémica, entre otras cosas, por su respaldo a las corridas de toros. (tiempo argentino)

Demoledor de fetiches

“…La insolencia de Peter Capusotto y sus videos, un programa de rock, pasa por el descarnado revisionismo que cada personaje aplica sobre hábitos y estereotipos culturales, sin perder de vista el estatuto del humor…
“…Ocurre que entre todos los fetiches que Peter intenta demoler, en primer lugar esta la tv. O mejor dicho, la lógica según la cual, algo o alguien merece estar ahí y es legitimado por el espectador. Por ejemplo, cuando Violencia recuerda que “con estúpidos como éstos yo canté en una época en la que ya se empezaba a vaciar el cerebro de la gente”, la cantante pre punk, no hace otra cosa que nivelar la estupidez de aquellos cantantes con sus seguidores, en el espacio compartido del entretenimiento televisivo…”
“…Peter Capusotto… no tendría espacio en cualquier otro canal. En primer lugar, por que ninguno que no fuera el público estaría dispuesto a programar un ciclo que le echa veneno al consumo (pilar comercial y filosófico del medio) y a los valores y sueños que bailan por ahí (la belleza quirúrgica, el cinismo moral, la ostentación). Después, por que solo canal 7 parece estar dispuesto a tomar el riesgo de despabilar, incluso, la mirada indolente de una cucaracha…” Capusotto (tiempo argentino)

viernes, 20 de agosto de 2010

Rock de la Argentina

Si bien las corrientes “roncarroleras” arrancan de tiempo atrás, esta nota tratará de tomar como referencia mediados de 1960 en Argentina donde el fenómeno Beatles, al igual que en el resto del mundo, abarcó un espectro musical que toda una generación se proponía copiar. Esa misma generación simbolizó su identidad con el rock, se abrazó al mensaje que transmitía, se oponía radicalmente al tango y a la doble moral machista de sus padres.
Influencias como la de los Rolling Stones y los Beatles se plasmaban en bandas argentinas; imitadores e innovadores de los movimientos musicales iban ganando un espacio cultural. Manal era uno de los que contribuía decididamente en Argentina para que se comenzara a tocar rock en castellano. Esta corriente musical se desarrollaba rápidamente con músicos como Carlos Mellino y Alejandro Medina que ya hacían temas propios. Billy Bond más otros que entraban en la escena “underground” de Buenos Aires, donde las piezas fundamentales del rock argentino comenzarán a emerger, eran aliados comunes en la difusión del rock “argento”. Un reducido grupo de “rockeros” comenzaban a encontrarse en espacios marginales: “La Cueva”, un local musical nocturno ubicado en Pueyrredón 1723, el Auditorio del Instituto Di Tella (Florida al 900) y bares que no cerraban de noche, como la legendaria pizzería “La Perla” de Plaza Once. En ese pequeño núcleo inicial se encontraban jóvenes músicos que luego serían parte fundamental de la historia del rock argentino, Litto Nebbia y CiroFogliatta, los Hermanos Fattoruso (uruguayos ellos), Mauricio Birabent (luego conocido como Moris), Javier Martínez, Francis Smith, Claudio Gabis, Norberto “Pappo” Napolitano, Miguel Abuelo y José Alberto Iglesias “Tanguito”, entre otros. Es en esos lugares donde se comienza a llevar la música de esos días a la lenta transición que dejaba afuera las influencias de la música foránea y peleaban por un lugar más cerca de la cultura autóctona.
Se dice que se durante 1966 grabaron el que es considerado como el primer single del rock argentino, “Rebelde”/“No finjas más”.
Entre tantos grupos en formación y tantos imitadores de lo foráneo, fueron Los Gatos quienes crearon el material propio que tocaban en “La Cueva”. La impronta personal de Litto Nebbia en el rock nacional argentino ha sido subrayada por Charly García diciendo: “…sin Nebbia no hubiéramos existido Javier Martínez, ni Spinetta, ni yo…”
Por ese tiempo se publicó el primer número de la revista de rock PinAp, y se fundó el primer sello discográfico argentino de rock “Mandioca”.
A fines de 1960 cuatro grandes festivales de la autodenominada “música beat” se llevaron a cabo, los conciertos June Sunday, Festival Nacional de Música Beat, Festival PinAp y Festival de Música Joven. Durante este tiempo se formaron grupos como Almendra, referente importante de esa época y Manal (Javier Martínez, Claudio Gabis y Alejandro Medina); junto con Los Gatos las tres bandas son consideradas como la trilogía fundacional del rock argentino. Sin embargo, ninguno de estos grupos tendría una trayectoria muy extensa, de hecho, muchas de estas bandas se disolvieron a principios de los años ‘70. Almendra se separa y “el flaco” Spinetta forma entonces Pescado Rabioso, de quien se dice fue la banda más pesada de esos tiempos. En tanto los demás miembros del viejo grupo forman Color Humano y Aquelarre, ejecutando un rock más duro, eliminando elementos y añadiendo otros que los diferenciaban de los géneros de la época, en el caso de Aquelarre con una mirada mucho más progresiva.
Vox Dei, cuya mezcla de melodías sutiles refrescó el movimiento, lanza su obra más reconocida y difundida, “La Biblia”, un disco que marca los comienzos de la década del setenta, momento en el cual se produce la primera diversificación real del rock nacional. En realidad la división se había producido un tanto antes, cuando algunas bandas comenzaban a tocar un rock crudo, Pescado Rabioso, Vox Dei y Billy Bond y la Pesada del Rock incursionaban con repercusión en el género, pero fue Pappo´s Blues’s quien se convertiría en la banda que levantaría las banderas de las huestes del metal (heavy metal).
Por otro lado, el primer festival del género (BARock) contó con varios de los artistas y bandas que encabezaron el movimiento acústico, tales como Arco Iris y León Greco, que fusionaban lo ya conocido con el folk americano, más la llegada de Sui Generis, Raúl Porchetto, Soluna y Pedro y Pablo, todos estos formaban una especie de pioneros de las guitarras desenchufadas. Estos grupos no sólo se inclinaron hacia el folclore argentino en busca de inspiración, sino también hacia otros sonidos de tierra adentro y de Latinoamérica.
La proliferación de esta música y su creciente popularidad, sumado al hecho de que a comienzos de la década se dio el auge del movimiento hippie en la Argentina, llevaron al “acusticazo” de 1972. Al tiempo que las bandas de rock acústico ganaban popularidad, como Vivencia, Pastoral y Alma y Vida, el nuevo sonido impulsaba la nueva era pero también, con mucha más fuerza, se veían importantes cambios como pasar de un rock clásico y acústico a uno más eléctrico y visceral con un sonido más experimental y fuerte.
El rock progresivo así comenzó a gestarse y alcanzaría su pico máximo de popularidad en 1975, año en el que se separa Sui Generis, algunos historiadores marcan esto como el final del período “clásico” del rock argentino, el sonido acústico pasaba a la historia y las bandas se desplazaban o cambiaban su sonido resignando popularidad y/o convirtiéndose en grupos de culto.
El período clásico del rock argentino estaba casi completamente finalizado hacia 1976, año del último “Golpe de Estado” y avasallamiento a los derechos cívicos que sufriría Argentina. A partir de ese tiempo, pasó a una etapa de mayor sofisticación, experimentación y una música más conceptual; las nuevas corrientes ya vivían entre nosotros en grupos sinfónico/progresivos, como Crusis, icono del género, que supo atraer con su estilo a seguidores de otras vertientes y de ser poco conocidos y tocar en pequeños reductos pasan a tocar en lugares con capacidad de albergar a mucha más gente. Bandas como Espíritu y El Reloj aprovechan las mieles de la difusión de sus trabajos. Para ese año Alas (Rodolfo Mederos, Gustavo Moretto, Carlos Riganti y Pedro Aznar) junto con la nueva incursión de Spinetta con Invisible, orientado más hacia la canción sin dejar de lado lo duro de su sonido, con pinceladas de música autóctona, más La Máquina de Hacer Pájaros, serían los mayores exponentes de lo progresivo de una época llena de represión, censura y desapariciones, en un país convulsionado políticamente y al igual que la sociedad toda, el rock sufriría el período de mayor censura de su historia, ya que era visto como un expresión subversiva por los militares, a punto tal que los músicos y sus fans eran vistos como potenciales subversivos. A pesar de esto, el rock continuaba su desarrollo.
Con el fin de la década y el inicio de los ’80 bandas como Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota y la explosiva aparición de Serú Giran, traerían nuevos y frescos aires de cambio. Muchos habían quedado en el camino y otros tantos reafirmaban su popularidad, lo que nadie esperaba y suponía era ver a la Argentina sumida en la guerra por la soberanía de las Islas Malvinas. En las radios estaba prohibido difundir música en otro idioma que no fuese el castellano (español). La guerra se convertiría en uno de los capítulos más oscuros de la historia argentina, pero tuvo el paradójico efecto de revitalizar el rock argentino y todas las corrientes de música autóctonas. Era el comienzo de bandas como Soda Stereo, Memphis La Blusera, Los Violadores, Virus, Los Abuelos de la Nada, Zas, Sumo, La Mississippi, Botafogo, Los Enanitos Verdes, Rata Blanca, Temple, Andrés Calamaro, Los Violadores, V8, GIT, Los Fabulosos Cadillacs y otros tantos que entre rock pesado, alternativo y de fusión de ritmos abrían un abanico de posibilidades que eran impensadas antes. Para 1985 las corrientes estaban divididas en sonidos y albergadas todas bajo el ala del rock nacional.
En 1987 se produjo la muerte de un grande del rock nacional, Luca Prodan, líder de Sumo, su fallecimiento provocó conmoción entre sus fans y en la escena del rock nacional. El grupo se separaría y sus miembros formarían dos nuevas bandas, Divididos y Las Pelotas. Divididos lograría mayor éxito comercial, contando con un sonido potente y ganándose el apodo de “La aplanadora del rock”. Las Pelotas, por otra parte, contaría con un éxito comercial más moderado, transformándose en una banda menos popular.
En 1988 fallece Miguel Abuelo. Para entonces el reggae toma notoriedad con grupos como Los Pericos, Los Cafres, La Zimbawe y Nafran junto a ellos, desde un lugar más underground, encontramos a Todos tus Muertos, Don Cornelio y la Zona, Los Brujos, Los 7 Delfines y Los Babasónicos, una de las bandas argentinas que con el correr del tiempo se transformarían en una de las más destacadas; todas estas bandas formarían parte del “nuevo rock” de comienzos de los ‘90.
Por otra parte el sector heavy, contundente en su expresión, más la llegada de sangre nueva dieron el impulso necesario para que la movida metalera fuera cada vez más importante. Grupos como La Renga, Hermética, Horcas, Tren Loco, Nepal, Riff, Logos, A.N.I.M.A.L, Almafuerte y O´connor, entre otras, daban cierta amplitud al género, manteniendo el interés de los fans y cierta difusión.
En la actualidad la divergencia musical hace que se vea “debilitada” la corriente de creatividad. Entre sus causas se encuentran la aparición de otros géneros musicales que acapararon la atención masiva y las actitudes de bandas que pertenecieron al género (separarse o sacar discos que no fuesen de rock). Así fuimos llegando al nuevo milenio donde Viejas Locas toma notoriedad mostrando poca calidad creativa. Intoxicados (de la separación de Viejas Locas), Callejeros, Los Piojos, comenzaban a interesarse en otros estilos de fusión. A mediados del 2004 se profundizaron estos cambios y Babasónicos, perteneciente al “nuevo rock”, se amoldó a ellos rápidamente y comenzó a ser exitoso con su “rock/pop electrónico”.
Bandas como Massacre y El Otro Yo, llegan a la masividad tras comenzar su difusión en las radios; otras muestran sus nuevos trabajos discográficos, tal es el caso de Catupecu Machu, Kapanga, Árbol. El regreso de Soda Stereo no tardó en evidenciar la vigencia del rock alternativo, dado su rotundo éxito comercial. Por otra parte, grupos como Bersuit Vergarabat que ha consolidado su lugar, su capacidad creativa y se ha convertido en influyente del rock argentino moderno, popular entre las generaciones más jóvenes, inclusive a nivel internacional, recorre una amplia variedad de géneros musicales, sin dejar de lado el rock en su estado más puro. Las mejores bandas y solistas del género (entre ellos Andrés Calamaro) también cuentan con una inusual versatilidad para coquetear con distintos géneros como el tango, el folk, la música latina y el jazz, entre otros.
En el camino han quedado muchos datos, relatos y más referentes por mencionar, dado que muchos de los pioneros, cincuenta años después, siguen siendo escribiendo la historia, pero en líneas generales se ha podido ser abarcativo dentro del espectro “casi” histórico del rock de Argentina.
Seguramente este no es el mejor resumen que van a encontrar, pero tampoco será el último.