viernes, 20 de agosto de 2010

Rock de la Argentina

Si bien las corrientes “roncarroleras” arrancan de tiempo atrás, esta nota tratará de tomar como referencia mediados de 1960 en Argentina donde el fenómeno Beatles, al igual que en el resto del mundo, abarcó un espectro musical que toda una generación se proponía copiar. Esa misma generación simbolizó su identidad con el rock, se abrazó al mensaje que transmitía, se oponía radicalmente al tango y a la doble moral machista de sus padres.
Influencias como la de los Rolling Stones y los Beatles se plasmaban en bandas argentinas; imitadores e innovadores de los movimientos musicales iban ganando un espacio cultural. Manal era uno de los que contribuía decididamente en Argentina para que se comenzara a tocar rock en castellano. Esta corriente musical se desarrollaba rápidamente con músicos como Carlos Mellino y Alejandro Medina que ya hacían temas propios. Billy Bond más otros que entraban en la escena “underground” de Buenos Aires, donde las piezas fundamentales del rock argentino comenzarán a emerger, eran aliados comunes en la difusión del rock “argento”. Un reducido grupo de “rockeros” comenzaban a encontrarse en espacios marginales: “La Cueva”, un local musical nocturno ubicado en Pueyrredón 1723, el Auditorio del Instituto Di Tella (Florida al 900) y bares que no cerraban de noche, como la legendaria pizzería “La Perla” de Plaza Once. En ese pequeño núcleo inicial se encontraban jóvenes músicos que luego serían parte fundamental de la historia del rock argentino, Litto Nebbia y CiroFogliatta, los Hermanos Fattoruso (uruguayos ellos), Mauricio Birabent (luego conocido como Moris), Javier Martínez, Francis Smith, Claudio Gabis, Norberto “Pappo” Napolitano, Miguel Abuelo y José Alberto Iglesias “Tanguito”, entre otros. Es en esos lugares donde se comienza a llevar la música de esos días a la lenta transición que dejaba afuera las influencias de la música foránea y peleaban por un lugar más cerca de la cultura autóctona.
Se dice que se durante 1966 grabaron el que es considerado como el primer single del rock argentino, “Rebelde”/“No finjas más”.
Entre tantos grupos en formación y tantos imitadores de lo foráneo, fueron Los Gatos quienes crearon el material propio que tocaban en “La Cueva”. La impronta personal de Litto Nebbia en el rock nacional argentino ha sido subrayada por Charly García diciendo: “…sin Nebbia no hubiéramos existido Javier Martínez, ni Spinetta, ni yo…”
Por ese tiempo se publicó el primer número de la revista de rock PinAp, y se fundó el primer sello discográfico argentino de rock “Mandioca”.
A fines de 1960 cuatro grandes festivales de la autodenominada “música beat” se llevaron a cabo, los conciertos June Sunday, Festival Nacional de Música Beat, Festival PinAp y Festival de Música Joven. Durante este tiempo se formaron grupos como Almendra, referente importante de esa época y Manal (Javier Martínez, Claudio Gabis y Alejandro Medina); junto con Los Gatos las tres bandas son consideradas como la trilogía fundacional del rock argentino. Sin embargo, ninguno de estos grupos tendría una trayectoria muy extensa, de hecho, muchas de estas bandas se disolvieron a principios de los años ‘70. Almendra se separa y “el flaco” Spinetta forma entonces Pescado Rabioso, de quien se dice fue la banda más pesada de esos tiempos. En tanto los demás miembros del viejo grupo forman Color Humano y Aquelarre, ejecutando un rock más duro, eliminando elementos y añadiendo otros que los diferenciaban de los géneros de la época, en el caso de Aquelarre con una mirada mucho más progresiva.
Vox Dei, cuya mezcla de melodías sutiles refrescó el movimiento, lanza su obra más reconocida y difundida, “La Biblia”, un disco que marca los comienzos de la década del setenta, momento en el cual se produce la primera diversificación real del rock nacional. En realidad la división se había producido un tanto antes, cuando algunas bandas comenzaban a tocar un rock crudo, Pescado Rabioso, Vox Dei y Billy Bond y la Pesada del Rock incursionaban con repercusión en el género, pero fue Pappo´s Blues’s quien se convertiría en la banda que levantaría las banderas de las huestes del metal (heavy metal).
Por otro lado, el primer festival del género (BARock) contó con varios de los artistas y bandas que encabezaron el movimiento acústico, tales como Arco Iris y León Greco, que fusionaban lo ya conocido con el folk americano, más la llegada de Sui Generis, Raúl Porchetto, Soluna y Pedro y Pablo, todos estos formaban una especie de pioneros de las guitarras desenchufadas. Estos grupos no sólo se inclinaron hacia el folclore argentino en busca de inspiración, sino también hacia otros sonidos de tierra adentro y de Latinoamérica.
La proliferación de esta música y su creciente popularidad, sumado al hecho de que a comienzos de la década se dio el auge del movimiento hippie en la Argentina, llevaron al “acusticazo” de 1972. Al tiempo que las bandas de rock acústico ganaban popularidad, como Vivencia, Pastoral y Alma y Vida, el nuevo sonido impulsaba la nueva era pero también, con mucha más fuerza, se veían importantes cambios como pasar de un rock clásico y acústico a uno más eléctrico y visceral con un sonido más experimental y fuerte.
El rock progresivo así comenzó a gestarse y alcanzaría su pico máximo de popularidad en 1975, año en el que se separa Sui Generis, algunos historiadores marcan esto como el final del período “clásico” del rock argentino, el sonido acústico pasaba a la historia y las bandas se desplazaban o cambiaban su sonido resignando popularidad y/o convirtiéndose en grupos de culto.
El período clásico del rock argentino estaba casi completamente finalizado hacia 1976, año del último “Golpe de Estado” y avasallamiento a los derechos cívicos que sufriría Argentina. A partir de ese tiempo, pasó a una etapa de mayor sofisticación, experimentación y una música más conceptual; las nuevas corrientes ya vivían entre nosotros en grupos sinfónico/progresivos, como Crusis, icono del género, que supo atraer con su estilo a seguidores de otras vertientes y de ser poco conocidos y tocar en pequeños reductos pasan a tocar en lugares con capacidad de albergar a mucha más gente. Bandas como Espíritu y El Reloj aprovechan las mieles de la difusión de sus trabajos. Para ese año Alas (Rodolfo Mederos, Gustavo Moretto, Carlos Riganti y Pedro Aznar) junto con la nueva incursión de Spinetta con Invisible, orientado más hacia la canción sin dejar de lado lo duro de su sonido, con pinceladas de música autóctona, más La Máquina de Hacer Pájaros, serían los mayores exponentes de lo progresivo de una época llena de represión, censura y desapariciones, en un país convulsionado políticamente y al igual que la sociedad toda, el rock sufriría el período de mayor censura de su historia, ya que era visto como un expresión subversiva por los militares, a punto tal que los músicos y sus fans eran vistos como potenciales subversivos. A pesar de esto, el rock continuaba su desarrollo.
Con el fin de la década y el inicio de los ’80 bandas como Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota y la explosiva aparición de Serú Giran, traerían nuevos y frescos aires de cambio. Muchos habían quedado en el camino y otros tantos reafirmaban su popularidad, lo que nadie esperaba y suponía era ver a la Argentina sumida en la guerra por la soberanía de las Islas Malvinas. En las radios estaba prohibido difundir música en otro idioma que no fuese el castellano (español). La guerra se convertiría en uno de los capítulos más oscuros de la historia argentina, pero tuvo el paradójico efecto de revitalizar el rock argentino y todas las corrientes de música autóctonas. Era el comienzo de bandas como Soda Stereo, Memphis La Blusera, Los Violadores, Virus, Los Abuelos de la Nada, Zas, Sumo, La Mississippi, Botafogo, Los Enanitos Verdes, Rata Blanca, Temple, Andrés Calamaro, Los Violadores, V8, GIT, Los Fabulosos Cadillacs y otros tantos que entre rock pesado, alternativo y de fusión de ritmos abrían un abanico de posibilidades que eran impensadas antes. Para 1985 las corrientes estaban divididas en sonidos y albergadas todas bajo el ala del rock nacional.
En 1987 se produjo la muerte de un grande del rock nacional, Luca Prodan, líder de Sumo, su fallecimiento provocó conmoción entre sus fans y en la escena del rock nacional. El grupo se separaría y sus miembros formarían dos nuevas bandas, Divididos y Las Pelotas. Divididos lograría mayor éxito comercial, contando con un sonido potente y ganándose el apodo de “La aplanadora del rock”. Las Pelotas, por otra parte, contaría con un éxito comercial más moderado, transformándose en una banda menos popular.
En 1988 fallece Miguel Abuelo. Para entonces el reggae toma notoriedad con grupos como Los Pericos, Los Cafres, La Zimbawe y Nafran junto a ellos, desde un lugar más underground, encontramos a Todos tus Muertos, Don Cornelio y la Zona, Los Brujos, Los 7 Delfines y Los Babasónicos, una de las bandas argentinas que con el correr del tiempo se transformarían en una de las más destacadas; todas estas bandas formarían parte del “nuevo rock” de comienzos de los ‘90.
Por otra parte el sector heavy, contundente en su expresión, más la llegada de sangre nueva dieron el impulso necesario para que la movida metalera fuera cada vez más importante. Grupos como La Renga, Hermética, Horcas, Tren Loco, Nepal, Riff, Logos, A.N.I.M.A.L, Almafuerte y O´connor, entre otras, daban cierta amplitud al género, manteniendo el interés de los fans y cierta difusión.
En la actualidad la divergencia musical hace que se vea “debilitada” la corriente de creatividad. Entre sus causas se encuentran la aparición de otros géneros musicales que acapararon la atención masiva y las actitudes de bandas que pertenecieron al género (separarse o sacar discos que no fuesen de rock). Así fuimos llegando al nuevo milenio donde Viejas Locas toma notoriedad mostrando poca calidad creativa. Intoxicados (de la separación de Viejas Locas), Callejeros, Los Piojos, comenzaban a interesarse en otros estilos de fusión. A mediados del 2004 se profundizaron estos cambios y Babasónicos, perteneciente al “nuevo rock”, se amoldó a ellos rápidamente y comenzó a ser exitoso con su “rock/pop electrónico”.
Bandas como Massacre y El Otro Yo, llegan a la masividad tras comenzar su difusión en las radios; otras muestran sus nuevos trabajos discográficos, tal es el caso de Catupecu Machu, Kapanga, Árbol. El regreso de Soda Stereo no tardó en evidenciar la vigencia del rock alternativo, dado su rotundo éxito comercial. Por otra parte, grupos como Bersuit Vergarabat que ha consolidado su lugar, su capacidad creativa y se ha convertido en influyente del rock argentino moderno, popular entre las generaciones más jóvenes, inclusive a nivel internacional, recorre una amplia variedad de géneros musicales, sin dejar de lado el rock en su estado más puro. Las mejores bandas y solistas del género (entre ellos Andrés Calamaro) también cuentan con una inusual versatilidad para coquetear con distintos géneros como el tango, el folk, la música latina y el jazz, entre otros.
En el camino han quedado muchos datos, relatos y más referentes por mencionar, dado que muchos de los pioneros, cincuenta años después, siguen siendo escribiendo la historia, pero en líneas generales se ha podido ser abarcativo dentro del espectro “casi” histórico del rock de Argentina.
Seguramente este no es el mejor resumen que van a encontrar, pero tampoco será el último.

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